¿Cuándo surge el corsé en la historia de la moda? Una pregunta intrigante. Una creencia común es que su popularidad se limita a la Época Victoriana. Tenemos una idea de cómo luce uno gracias a las películas, lo que no es tan conocido es la historia detrás de su diseño y desde cuándo surge el corsé en los armarios femeninos.
De antemano advierto que no hay consenso sobre el responsable directo de que las prendas de soporte se volvieran parte esencial del vestuario durante siglos. Pero veremos cómo la moda es la que empieza moldeando al corsé.
¿Qué es un corsé?
· Jorge Isaacs, 1867 – María [1995]
— Es seguro que aquéllas se pintan las mejillas con zumos de flores rojas, y se ponen corsé y botines.
• Del francés corset, y este de los vocablos del francés antiguo cors y corps,
procedentes del latín corpus, que significa cuerpo.
Esencialmente el corsé es una prenda de sujeción tipo corpiño, con poco o ningún tipo de refuerzo, que va ceñido al torso. Pertenece al tipo de prendas que sirven para dar soporte al torso, y levantar el busto en mayor o menor medida. Su particularidad es que no posee una estructura rígida, como es el caso de prendas anteriores al mismo.
La cuestión acá empieza a profundizarse, ya que se piensa que el corsé moldeaba como plastilina el cuerpo de las mujeres, y que siempre fue así. Antes del corsé, la prenda rígida de soporte por excelencia eran los stays o «cotillas», y tenían además la función de controlar la postura.
Los stays/cotillas fueron los hermanos mayores del corsé, y los que solemos ver en muchas representaciones de épocas anteriores a la era victoriana. Para dar más contexto: es importante recalcar que todas las prendas de soporte también estaban pensadas para facilitar que las personas consiguieran la figura deseada, y esta normalmente respondía a la tendencia del momento.
El uso del busk para los corsés (y el cortejo)
En un principio el corsé no contaba con un armazón completo en su construcción, su diseño fue pensado para que fuese blando y flexible. La estructura se centraba en el área del busto, al evolucionar su diseño se hizo más compleja y se usaron materiales más modernos.
Tanto estos como las cotillas necesitaban de una pieza de refuerzo, un accesorio curioso llamado busk. Este objeto es una varilla de aproximadamente 30cm de largo por 2cm de ancho, y también servía para separar los senos y enderezar la postura. Se deslizaba dentro de un bolsillo en canal en el eje frontal de la prenda. Así que el busk iba a lo largo, desde el centro del busto, hasta el centro del pubis (dependiendo de si era una cotilla larga o un corsé más corto).
Al parecer, lo más común es que estuviese elaborado de whalebone, «hueso de ballena», pero también habían de marfil o madera; luego, en el siglo XIX estaban hechos de acero y algunos tenían forma de cuchara en la parte baja para ayudar a mantener plano el abdomen.
Los primeros busk eran una única pieza alargada, una simple varilla que aportaba rigidez; los más modernos de metal servían como mecanismo de cierre, por lo que eran dos piezas para abrochar y desabrochar el corsé. Esto fue revolucionario ya que no era necesario de ayuda para ponérselo, y esto lo puso al alcance de las mujeres de todas las clases económicas.
También tenían un valor romántico ya que las parejas enamoradas los usaban como muestra de coquetería. Los hombres tallaban mensajes o dibujos en los busk y se los regalaban a la dama a la que cortejaban. Un gesto muy íntimo que acompañaría a la portadora en sus quehaceres.
¿Realmente usaban huesos de ballena?
·Juan de Zabaleta, 1654 – Día Fiesta [1983]
Estas señoras nos podrán decir lo que le pasó a Jonás
en el vientre de la ballena, pues andan en una ballena todo el día.
Los «huesos de ballena» que se usaban para los busk, como para todo el esqueleto de las prendas de soporte, compuesto por varillas, no eran huesos propiamente. Se trataba de las barbas de ballena, la «dentadura» de queratina que poseen estos mamíferos para filtrar el plancton, el cual no es duro como el hueso, sino flexible y resistente. De ahí que se usara como término genérico en corsetería para cualquier esqueleto o armazón rígido de cualquier material. Exacto, como los sostenes «con ballena» de nuestra época.
Este material se hizo cada vez más caro, la caza desmedida de ballenas llevó al borde de un desastre ecológico. Por fortuna se recurrieron a alternativas más económicas y menos nocivas para la fauna marina. Supuestamente.
Entonces, ¿cuándo surge el corsé?
A mediados de los 1700s, siglo XVIII, el corsé se empezó a usar como alternativa a la prenda predilecta: las cotillas. Las damas buscaban realzar las curvas naturales del cuerpo, en lugar de disimularlas o esconderlas.
Antes de esto, las modas establecidas requerían de un ajustador con buena estructura, que fuese sólida y ayudara a la portadora a crear la silueta deseada: un torso de forma cónica, sin curvas, sin volumen. Luego se quería un busto más prominente, por lo que la cotilla aplanaba los senos pero los hacia sobresalir por encima.
El corsé se establece en un principio como un corpiño más flexible, más «anatómico» que su predecesor, ya que generaba una forma natural y cercana a la del cuerpo femenino. Como es de esperarse, la moda, el gusto, las tendencias, marcaron la evolución de esta prenda para que acentuara cada vez más las curvas femeninas.
A mediados del siglo XVIII se da un cambio en el pensamiento europeo con la llegada de La Ilustración, influenciado por la filosofía y la ciencia. Este movimiento intelectual encontró su expresión estética en el Neoclasicismo. Este movimiento artístico pretendía recuperar los valores grecorromanos, tanto estéticos como filosóficos.
La moda, que se nutría del arte, se vio envuelta en este resurgir de lo clásico y no tardó en inspirarse en las túnicas grecorromanas que aparecían en las pinturas neoclásicas. Finalizando el siglo XVIII y comenzando el siglo XIX se populariza el uso del corsé sobre las cotillas debido a la transición que se hacia hacia estilo de la Regencia o Estilo Imperio.
La figura deseada es suave, ligera y de proporciones más discretas. La atención está en la línea del busto, acentuada por una cintura de talle alto, el llamado «corte imperio», que se desliza recto hacia el suelo. Esto lleva a que se diseñen corsés muy cortos, con copas, centrados en sostener el busto (y mantenerlo tan elevado como una repisa) y no tanto en estrechar la cintura. Aún se podían encontrar corsés largos como los stays, y también se les colocaba el busk para favorecer el levantamiento y separación de los senos.
Por un tiempo los stays o cotillas, se usaban a la par que el corsé, y en la transición ambos términos parecían usarse de forma intercambiable hasta que a mediados del siglo XIX aparentemente ambos se fusionan tanto en terminología como en forma y uso, terminando por entronarse el corsé.
El corsé se hace prenda interior.
Ni los corsés, ni las cotillas (ni otros ajustadores anteriores a ellos) se usaban directo sobre la piel. Fuesen prendas interiores o prendas exteriores de soporte, siempre iban sobre un camisón. En su primera etapa el corsé no estaba diseñado para mostrarse, pero podía venir incluido en algunos vestidos con corpiños semi-rígidos.
No se muestra como prenda de soporte exterior debido a que los vestidos son de telas vaporosas y ya no se usan capas de vestidos como en siglos anteriores. Vemos faldas que caen con soltura, rozando el cuerpo y alargando la silueta. Finalizando la década de los de los 1820s la cintura de los vestidos volvió a bajar, y el corsé se tuvo que adaptar a las nuevas demandas.
Con los avances tecnológicos dados por la Revolución Industrial hay un cambio en la manera en que se confeccionan los corsés. Esto resulta en nuevos materiales y diseños variados, algunos parecidos a los stays; otros con nuevas características, como copas separadas, o filas de espirales metálicos que le daban elasticidad al corsé y arruchaban la tela. Uno de los modelos más usados (hasta 1840) era de algodón, comúnmente blanco, con copas separadas y un busk largo. Tenía una silueta más curvilínea.
Pese a ser una prenda blanda aún requería rigidez, así que los corseteros se las ingeniaron para usar un sistema de cuerdas o cordones cosidos estratégicamente dentro de la pieza. De esta forma y con el busk el corsé conservaba la forma y la tela se mantenía lisa. Obteniendo un acabado prolijo y bonito. Con el paso de los años se retoman los «huesos de ballena», pero no en la misma cantidad ni de la misma forma que antes.
Estos cambios, y otros como los busk de metal para el cierre o procesos de fabricación serializados y más complejos como el moldeado industrial con calor, hicieron más asequible el uso del corsé. Con el avance del siglo XIX la moda fluctuaba entre nuevas tendencias, y el retorno a otras que volvían renovadas.
Abandonada la característica silueta de columna griega con vestidos ligeros y casi traslúcidos, las faldas vuelven a abrirse gradualmente. Vuelven los vestidos engalanados con atavíos y accesorios, todo dentro del Romanticismo que va solapando al Neoclasicismo, y que luego decae a mediados del siglo XIX.
A lo largo de este proceso el corsé se adaptó y habían diferentes opciones disponibles. Si la «cintura imperio» dejaba de llevarse, entonces se alargaba el corsé; si la moda era tener una figura «reloj de arena», el corsé era más sinuoso y entallado para conseguirlo. Se alargaba o acortaba para luego alargarse de nuevo, era más o menos ligero, siempre siguiendo la pauta que marcaba la moda.
A mediados de los 1800s aparece el corsé conocido por todos en la actualidad, el usado por las damas de la sociedad victoriana, el cual es muy curvy no solo en la cintura sino en el abdomen. Las convenciones románticas donde la verdadera emoción va eclipsando la racionalización neoclásica establecen el campo de juego de la moda.
El gusto por lo único, la creatividad y la imaginación nos dejan atuendos más elaborados, formas que sobresalen, faldas con más cuerpo, escotes amplios o totalmente cubiertos, mangas que se hinchan y se alargan… para dar paso a vestidos sin tantos ornamentos, de faldas amplias y largas, claro, pero con mangas entalladas, y así.
Es un despliegue de siluetas que juegan con las curvaturas naturales del cuerpo femenino, y es el corsé el que lo hace posible. El Romanticismo y Época Victoriana culminan casi al mismo tiempo, a comienzos del 1900.
Aún hay tanto por decir del corsé. Pero lo dejaré para posteriores entradas donde se amplíe un poco más sobre esta prenda tan fascinante, ya que aún no hablamos de la Belle Époque, ni de las cotillas/stays.
Y para cerrar…
El corsé fue el resultado de la continua evolución de la indumentaria y de sus requerimientos en el diseño; y la indumentaria fue el reflejo de los movimientos sociales, económicos y culturales de cada periodo. El corsé ha dejado una marca indeleble en la historia de la moda y por más que tratemos de seguir ese rastro, siempre quedan cosas por descubrir.
Desde su progresivo surgimiento en el siglo XVIII, el corsé se volvió fundamental en la historia de la moda, evolucionando junto con las tendencias y los ideales estéticos de cada época. Pese a su neblinoso origen y su controvertida reputación, su influencia en la silueta femenina y la manera en que se concebía la moda es innegable.
En este breve repaso sobre su comienzo como una alternativa a las cotillas en el siglo XVIII, hasta su consolidación como prenda interior de soporte durante el Romanticismo, se hace patente su adaptabilidad a las diferentes siluetas y estilos de cada periodo. Demuestra su versatilidad y su capacidad para reflejar los valores y las aspiraciones de la sociedad en cada momento histórico, lo cual es fascinante.
Es complicado decir si estamos ante un mito que explica la relación entre la mujer y la moda, una leyenda que empodera la figura femenina a lo largo de la historia, o una fabula para advertirnos de los peligros de «moldear» el cuerpo. En todo caso, es un artefacto que no solo varió en forma, sino que tiene un largo linaje que lo podrás conocer en el próximo artículo.
Fuentes y referencias:
- A Dress Historian Explains the Difference between Corsets and Stays- Abby Cox
- A History of the World: Stay busk from a 1788 Stay or Corset
- What is a corset busk?
- Neoclasicismo 1795-1825: estilo imperio
- The ‘Corset Elastique’, mystery garment, and about Regency short stays
- Corset History III: The 19th Century
- The Metropolitan Museum of Art