La Spencer Jacket o Chaqueta Spencer era un infaltable en los baúles de las damas de los siglo XVIII y XIX. La hemos visto retratada tanto en antiguas ilustraciones sobre moda, como en películas y series de época, siendo un accesorio básico y distintivo del período de «la regencia» de la historia inglesa.
La regencia como tal fue un período breve de 9 años, desde 1811 a 1820. Este fue el tiempo que Jorge IV reinó como regente (de allí el nombre de este período) debido a que su padre el Rey Jorge III estaba imposibilitado.
La regencia es un período derivado de otro mayor: la era georgiana, y que encierra los reinados de los reyes Jorge I, Jorge II, Jorge III y Jorge IV, a quienes se debe el término «georgiana/georgiano«. Recordemos que Jorge en inglés es George.
Hay que tener en cuenta que Napoleón Bonaparte ejerció una gran influencia al introducir conceptos e ideas de la antigua Grecia y Roma, y esto se refleja en la indumentaria que se comenzó a usar en Europa. La moda encontró inspiración en las estatuas y pinturas neoclásicas, así surgen largos y ligeros vestidos de muselina, con el llamado corte imperio que evocaban las columnas griegas, con la gracia y elegancia de aquellas estatuas.
Es de esperarse que esas telas vaporosas no abrigaran en absoluto. Los modistas, entre lo fortuito y lo ingenioso, confeccionaron varias prendas que sirvieran de abrigo pero sin arriesgar la silueta en el proceso, una muy conocida es la Spencer Jacket o Chaqueta Spencer.
¿Una prenda para caballeros?
El abrigo que dio paso a la creación de la chaqueta Spencer era una prenda masculina de mangas largas que, aparentemente, se usaba sobre otra cuyo largo daba por debajo de las caderas, según Karen Bowman en su libro Corsets and Codpieces: A Social History of Outrageous Fashion.
Finales del siglo XVIII (1790): Cuestión de un accidente.
La leyenda responsabiliza al II conde de Spencer, quien en un descuido quemó parte de su abrigo de montar al querer calentarse cerca del fuego. Lo que quedó fue una chaqueta de manga larga sin «faldones», por lo que llegaba a la cintura. El resultado accidental fue de su agrado, y luego pasaría a ser adaptado para el gusto y la silueta femenina.
Así se creó el Spencer: un abrigo entallado de mangas largas también entalladas, con los puños abotonados, y que conservaba los detalles de la prenda masculina que le dio origen: las solapas en el cuello. No pasaba de la cintura, de hecho podían cubrir solo el busto, lo que no ocultaba las siluetas de los vestidos clásicos con su cintura alta.
Se llevaban en colores que hicieran contraste con los blancos diáfanos de los vestidos. Finalizando el siglo XVIII y a principios del siglo XIX fue una pieza imprescindible en el outfit de la regencia.
Como es usual la creatividad de los modistas hizo lo suyo y se crearon modelos sin mangas, y variaciones en los Spencer que les daba la versatilidad de usarlos en cualquier ocasión y lugar. Eligiendo materiales más o menos ligeros si iban a usarse en exteriores o en espacios interiores.
Al ser un abrigo estaba confeccionado con telas más densas (lana, seda, terciopelo, algodón). En el libro Regency Women’s Dress la autora Cassidy Percoco explica que era posible que no se usara como abrigo principal para el invierno, ya que no cubría demasiado, aunque estaba bien acondicionada con una capa acolchada de algodón o lana en el área del torso. Algunos modelos no contaban con un cierre frontal.
El éxito de esta prenda también tiene que ver con el gusto por el estilo militar. Muchos aspectos de los uniformes militares fueron absorbidos y adaptados al guarda ropas femenino, al considerarse la mayor demostración de elegancia y glamour.
Corsets and Codpieces: A Social History of Outrageous Fashion – Karen Bowman:
El Spencer se convirtió en un pilar de la moda femenina durante los veinte años en que la cintura se mantuvo elevada y estuvo muy decorada al estilo militar, abrazando trenzas, botones, acolchados y cordones, y solo se volvía más larga cuando la cintura de la mujer descendía una vez más.
(…)
El estilo militar en las chaquetas Spencer de la Regencia tomó la forma de trenzas y botones de regimiento.
Fashion in the Time of Jane Aausten – Sarah Jane Downi:
(…) Muchas damas, en apoyo de sus pretendientes oficiales, llevaban una versión femenina de sus uniformes con chaquetas de húsar, pellizas y chaquetas Spencer con galones y frunces, mientras que para los caballeros civiles se producía un intercambio de moda entre la vestimenta militar y la civil y viceversa.
El Spencer no era la única prenda de abrigo, ya que según la ocasión y las condiciones climáticas podían recurrir a opciones más acordes a un vestido de noche, como un chal, o menos ligeras como una «pelisse«. Pero eso es para otro artículo.
Dato curioso:
La Spencer Jacket o Chaqueta Spencer no fue solo del gusto femenino, aquel accidente de Lord Spencer que resultó en una chaqueta excéntrica para los criterios de entonces, llamó la atención del público masculino, específicamente de los militares.
La transformación de un clásico «frac», que por un descuido perdería el largo, derivaría en una pieza de uso militar para ocasiones formales o semiformales. Esa prenda conocida en inglés como «mess jacket» es una chaqueta sin cola que llegaba debajo de la cintura. El diseño luego se difundió y esta chaqueta corta se empezó a usar en otras áreas y por civiles de todas las clases sociales, hasta nuestros días.