Lo que se usaba antes del corsé tiene que ver con el canon estético y el contexto de la época a la que perteneció. Para que las damas del siglo XIX usaran el corsé con el que estamos familiarizados, tuvieron que pasar siglos de invenciones, ajustes, e ingenio hasta dar con la prenda de soporte adecuada para cada tiempo.
· Puiggarí y Llobet, J. 1886. Iconografía del traje [2002]
Pertrechadas interiormente de corsé o cotilla, brial, zagalejo o enaguas, sacaban las señoras vestido entero, ya de bata, deshabillé, polonesa, etc., ya de cuerpo y falda exentos,(…).
Podríamos hablar de un antecedente primigenio del corsé como idea, y encontrar un guiño en la cultura Minoica una importante civilización de la Edad de Bronce (aprox. 3.400 – 1.200 a.C) en la isla de Creta, en el mar Mediterráneo.
No es raro que se señale a las mujeres cretenses como las portadoras del «primer corsé», y esto se debe al ajustado corpiño que envolvía sus cinturas sin cubrir el busto. La cuestión es que no era una prenda interior, sino exterior. Así es, en Creta no estaba mal visto que las mujeres se pasearan con sus faldas largas y acampanadas, y sus pequeños corpiños que dejaban al descubierto los senos. Era el canon minoico o quizá era un atuendo con fin religioso/ceremonial.
Esto se deduce de los frescos encontrados en la antigua ciudad, y de las figurillas de mujeres con serpientes en las manos y vestidas con este atuendo. Quizá hacían alusión a alguna diosa, «La Diosa Serpiente», y a una posible sacerdotisa. La cuestión es que nunca tendremos la certeza de su significado real.
En Grecia y Roma también hay un atisbo de prendas interiores que podían dar cierto soporte al busto, como el apodesme, de la Antigua Grecia, y los strophium de la Antigua Roma, por allá en los 400-300 años a.C. También cabe mencionar el xiegi o el dudou de China, que existieron desde los 200 a.C hasta los 220 d.C (aunque el dudou llegó hasta este siglo gracias a la tradición).
Empezamos nuestro recorrido en el medioevo y veremos como luego de suplir la necesidad básica del vestido, la sociedad se da la libertad de ser creativa, artística y hasta frívola. ¿Cómo culparlos?
Kirtle: De lo básico a lo complejo
Si retrocedemos al último tramo del medioevo, sin entrar en detalles ya que es un periodo de tiempo complicado, la sociedad europea tenía muchos problemas encima para preocuparse demasiado por la moda, así que se las arreglaron bastante bien para suplir la necesidad básica del vestuario. Tenemos entonces prendas como el kirtle.
En el siglo XV las mujeres usaban una especie de túnica hecha de lana y lino, o seda (para las clases altas) conocida como kirtle. Esta prenda suave, sin ningún tipo de estructura rígida, proveía del soporte necesario para la indumentaria típica de la época. Se usaba sobre una bata o camisón que era la prenda interior de entonces.
El corpiño del kirtle se reforzaba principalmente con bucarán, que básicamente (y según la RAE en su Diccionario histórico de la lengua española) era un tipo de lino rústico o cáñamo muy engomado «que sirve para armar y fortalecer los vestidos y casacas, por donde se hacen los ojales».
Aunque generalmente era una prenda de una pieza, se podían encontrar como enaguas cosidas a un corpiño (también conocidas en inglés como bodied petticoat). Se ajustaba con cordones, lo que daba la libertad de hacerla más o menos ceñida. Al parecer el uso del término «enagua» o kirtle derivó en una concepción clasista:
«La prenda que usaban todas las mujeres sobre el camisón consistía en un corpiño ajustado con una falda adjunta. A principios del período Tudor, esto se llamaba kirtle. En la década de 1550, la palabra ‘enagua’ se usaba para describir esta prenda de vestir y ‘kirtle’ se refería a una prenda que las mujeres más ricas y a la moda usaban sobre o en lugar de una enagua.» ( The Tudor Tailor by Jane Malcolm-Davies and Ninya Mikhaila, pág. 64)
Tenemos también el famoso sujetador medieval (del siglo XIV al XV) encontrado en el Castillo de Langenburg, Austria. Esta prenda interior era un corpiño con copas bien definidas que sujetaban cada seno por separado. Realzaban el busto y los vestidos posiblemente se acomodaban mejor a la silueta de la portadora. Los restos de otras prendas con propósitos similares, pero con variaciones en el diseño, también fueron encontradas en el castillo.
Aunque no hay registros claros sobre estos «sujetadores», en algunos escritos se mencionan las shirts with bags, traducidas como «camisas con bolsas» (refiriéndose a las copas), cuya descripción se asemeja a los encontrados en Austria. También existen pinturas que retratan a las mujeres usando corpiños con esas características, cosidos a una enagua; y hay ciertas variaciones tanto en la confección, como en la combinación de las prendas.
En España, durante el siglo XV existía una prenda llamada túnica, gonela o saya, que se ceñía al torso mediante cordones. Seguro tenían sus propias características, pero en general guardan ciertas similitudes con el kirtle: se usaban sobre una prenda interior básica: el camisón o camisa; se les podía adicionar mangas; y se ajustaban al torso con cordones.
Antes de la diferenciación del vestuario de acuerdo al sexo, esta túnica era usada por hombres (hasta media pierna) y mujeres (ras del suelo). El brial era una variación más elegante y al parecer exclusiva de la mujer.
Diccionario de Autoridades – Tomo I (1726)
BRIAL. s. m. Género de vestído ò trage, de que usan las mugéres, que se ciñe y ata por la cintúra, y baxa en redondo hasta los pies, cubriendo todo el medio cuerpo: por cuya razón se llama tambien Guardapiés, ò Tapapiés, y de ordinário se hace de telas finas: como son rasos, brocádos de seda, oro, ò plata.
¿Bodies? ¿Cuerpos?: Cónicas y distinguidas
Existe cierta discrepancia respecto al periodo en el que surgen las primeras prendas rígidas de soporte. Pudo ser hacia finales del siglo XVI, o principios del siglo XVII. También se menciona la época Alto-Isabelina de la historia inglesa, es decir el reinado de la Reina Isabel I (1558-1603), lo que sería el «renacimiento inglés» como el momento donde se popularizan.
Durante el renacimiento la sociedad estaba más inspirada luego del oscurantismo medieval. Cada nación o reino vivió esta transición de acuerdo a su contexto. En general había una tendencia a la expresión de la individualidad, por lo que la vestimenta se volvió más diferenciada para cada género, y entre clases sociales. Había mucho interés en la moda, la estética, el estilo…
En este punto se empiezan a usar los llamados bodies, traducido como «cuerpos». Lo que se entiende es que de los kirtles derivó el uso del corpiño y la falda (enagua) como prendas separadas. Dado que en inglés el primero se solía llamar upperbodies tiene sentido que la prenda terminara por llamarse bodies.
Algo similar ocurrió en el idioma español. Para referirse a cualquier prenda que no tuviese que ver con los brazos, o la mitad inferior decían «cuerpo»: (…) y en el vestido comunmente para diferenciarlo de las mangas, calzones y otras piezas, se llama cuerpo el que cubre esta parte. (Diccionario de Autoridades – Tomo I [1726]). Nótese que es español antiguo, por lo que algunas palabras no tienen la ortografía que conocemos hoy.
Transición a las prendas rígidas. Del medioevo al renacimiento.
Para la construcción de los bodies se menciona la caña, el cartón o una especie de fibra de junco para ello, y finalmente hacia el siglo XVII: «las barbas de ballena».
Diccionario histórico de la lengua española
BALLENA. s. f. Tiras o varillas que se extraen de la mandíbula superior de la ballena o se elaboran de un material similar, y que se emplean para armar prendas de corsetería, paraguas y otros objetos.Diccionario de Autoridades – Tomo II (1729)
BALLENA. Se llama tambien el ajustadór que trahen las mugéres, que por otro nombre se llama Cotila. Dícese Balléna, porque se compóne y hace de las barbas de este pescádo.
En España se lo tomaron bastante en serio al lograr una figura plana. Hay que tener en cuenta que el estilo español era recatado y sobrio. Allí, a mediados del siglo XVI, encontramos el uso de los «cartones de pecho», descritos como fajas reforzadas que cubrían pecho y cintura. Elaborados con tablillas forradas de cuero, o con cartón engomado para reforzar el corpiño, se usaban para aplastar el pecho y generar una silueta lisa y estrecha, ocultando las curvas femeninas.
El uso de estos corpiños rígidos empezó exclusivamente en la clase alta. Como ejemplo tenemos un modelo alemán de 1598 (aprox.), que perteneció a la Condesa Palatina Dorothea Sabina von Neuburg-Bayerische. Su diseño es particular ya que toda la pieza tiene refuerzo, menos el área del busto donde se aprecian dos copas sin ballena. También tiene un bolsillo en canal en el eje frontal donde se deslizaba una varilla (busk) de aprox. 30cm x 2cm de ancho.
Otro ejemplo, de los 1600s, es el que perteneció a la misma Reina Isabel I de Inglaterra, descrito como straight bodies, o «cuerpos rectos». Un corpiño con armazón de ballenas, de estructura alargada, estrecha y silueta casi recta. Tiene los cordones al frente y al parecer no requería del busk, sino que a cada lado del cierre acordonado se ubicaron las varillas de barba de ballena.
Stays y Cotilla: Los hermanos mayores del corsé
· Anónimo, 1643. Las cuatro mujeres [1991]
Porque, viejas y mozas, ahora todas traen moños, enaguas y cotillas.
En el siglo XVII las damas de la corte española han comenzado a usar las «cotillas». El Diccionario histórico de la lengua española de la RAE hace una cronología de los usos del término, siendo el principal el que nos interesa ahora:
Se documenta por primera vez, en la acepción ‘prenda interior, emballenada, que se ajusta al cuerpo de la mujer de los hombros a la cintura’, en 1627, en una Tassa general de precios de la ciudad de Jaén. Es una voz con abundante documentación durante el siglo XVII y las primeras décadas del siglo XVIII (…).
• En 1627 Godoy Ponce León, A. Tassa Jaén f. 26r Pragmática Felipe IV:
«Una cotilla llena de barba de ballena, diez y ocho reales.»
• En 2014 RAE DLE:
«cotilla […] f. Ajustador que usaban las mujeres, formado de lienzo o seda y de ballenas.»
También tenemos otra definición del Diccionario de Autoridades – Tomo II (1729):
COTILLA. s. f. Jubón sin mangas hecho de dos telas, embutido con barba de ballena, y pespuntado, sobre el qual se visten las mugeres el jubón o casaca, y trahen ajustado el cuerpo.
Mientras, en Inglaterra, se desconoce el motivo que dio paso a llamar stays (o par de stays) a los bodies (o par de bodies). Quizá se deba a la rápida aceptación y difusión de esta prenda de soporte lo que le concedió un nombre menos ambiguo. Fuese stay o cotilla, este ajustador se posicionó sólidamente y durante un tiempo, como la predilecta por las damas de la corte y las de clase trabajadora.
A mediados del siglo XVII estaban afianzados en el guardarropa femenino. Estamos en el barroco, y aquí todo es: «mientras más, mejor». Una característica de este movimiento es la aversión al vacío. En pocas palabras, frente a las crisis sociales y existenciales la mente colectiva se refugia en lo cargado y lo dramático.
Estos ajustadores no permanecen como prenda interior, como quizá sucedió con los bodies. La indumentaria se estiliza más y por ende este corpiño se diseña pensando en que será visto. Habían dos modelos, uno forrado con telas de uso exterior, de modo que fuese una pieza «lisa» que no dejara ver las costuras del armazón; y otro con las costuras sobre la tela del forro, formando parte del decorado. Además podían incluirse mangas desmontables, según la ocasión.
Se podría decir que fue una época que dio pie a la experimentación en el diseño de estas piezas. No todos eran como los «cuerpos» largos y angostos de la Reina Isabel I. Mientras la parte frontal estaba bien estructurada, los laterales y la espalda podían tener o no refuerzo. Se podían atar por detrás, por el frente, a los lados… y si tenían botones o cordones al frente, eran de adorno.
Ya para el siglo XVIII las cotillas ganaron más solidez. Cada parte del corpiño estaba bien reforzado, con un esqueleto que lo hacía rígido como coraza. Aquí tambalea un mito: la desmedida manipulación del cuerpo. Al ser prendas con un armazón interno bien colocado lo lógico era que encajaran en el torso, no que lo estrujaran. Además, con el uso se adaptaban al cuerpo de su portadora, para la cual estaba especialmente confeccionado.
En este siglo se evidencia la sofisticación que gana esta prenda. Había un cuidado al momento de elegir el modelo adecuado para las ocasiones más formales o ceremonias pomposas. Otros modelos se llevaban más cubiertos que los anteriores, aunque no del todo. Se combinaban mucho con los «vestidos de mantua», las cuales se solapaban sobre las prendas de soporte y destacaban el decorado frontal de las mismas. También se combinaban con los camisones para que tanto el cuello como las mangas de los mismos sobresalieran de la cotilla.
Con el ocaso del barroco se origina en Francia el rococó, un periodo que contrasta por su apertura al hedonismo, al capricho, la galantería y lo luminoso que se opone a la gravedad y el dramatismo del movimiento anterior. Se desarrolla desde 1730 y va decayendo su popularidad hacia 1770.
Si bien no le faltaron detractores que lo catalogan de un estilo más mundano, lo cierto es que a lo largo de este siglo la moda francesa se difundió sin resistencia por toda Europa. Con la llegada de nuevos modelos de vestidos el escote empezaba a mostrarse voluptuosamente. El volumen del vestuario sigue existiendo, pero es más suave y vaporoso.
Aún así la forma cónica de la cotilla se mantiene: ancho hacia el busto y estrecho al llegar a la cintura. Los cambios en su confección tienen que ver con las demandas estilísticas de la moda imperante, como los petos, que eran láminas triangulares ricamente decoradas que se añadían a la parte frontal de las cotillas.
Con la segunda mitad del siglo XVIII y un progresivo cambio en la silueta traído por la moda francesa, el corsé hace su aparición y se pone al mismo nivel que su predecesor.
El gusto se inclina más hacia un cuerpo con formas naturales, por lo que el corsé es el ajustador ideal. Las telas de los vestidos ahora fluyen sobre un torso ceñido con una prenda más flexible. Así la cotilla o stay y el corsé existen al mismo tiempo y durante varias décadas comparten la atención de las damas europeas.
En el siglo XIX el corsé se establece como la predilecta, el culmen de todo el proceso de evolución que se dio en el diseño de las prendas de soporte. Sin embargo, también contaría con un grupo de detractores que rechazaban su uso y abuso al perjudicar la salud de la mujer (sobre todo su salud reproductiva). Ese repudio llega hasta nuestros días, donde se le considera el equivalente a un instrumento de tortura inquisitorial.
· Ramón de Campoamor, 1879-1890. Poética[1902]
El corsé higiénico moderno no sé si viste mejor, pero de seguro da más facilidad á los movimientos que la vieja, cotilla de nuestras abuelas.
Fuentes y referencias:
- https://www.westminster-abbey.org/abbey-commemorations/royals/elizabeth-i
- History of the Elizabethan Corset
- Medieval lingerie from Lengberg Castle, East-Tyrol
- One Kirtle to Rule Them All – A Brief Introduction to Kirtles
- Elizabethan-Early Jacobean Petticoat: Not Your Mama’s Corset
- A Dress Historian Explains the Difference between Corsets and Stays- Abby Cox
- The Metropolitan Museum of Art
- Underneath it all : a history of women’s underwear by Amber J. Keyser. [2018]